Alfonsina se despertó con muchas ganas de hacer cosas, de repente soltó una expresión muy espontánea.
-¡Vamos a pintar!.
Valentino algo sorprendido respondió:
-¿Pintar qué?.
-Podemos darle forma y color a las cosas hermosas.
-Está bien, me gusta tu idea, pero no te olvides que además de cosas hermosas, hay sentimientos hermosos. ¿Cómo pintar eso?.
-Mira Valentino, yo una vez vi suspiros plasmados en una carta, si alguien pudo escribir suspiros, yo puedo pintar algo puro y hermoso, no sé que pueda ser…¡ya sé!. ¡Tu alma!.
-¿Mi alma?. ¿Cómo harías eso?.
-No sé que forma le daría, ni los colores que usaría, pero voy a pintar tu alma para que se la pueda ver aún con los ojos cerrados.
-¡Vamos a pintar!.
Valentino algo sorprendido respondió:
-¿Pintar qué?.
-Podemos darle forma y color a las cosas hermosas.
-Está bien, me gusta tu idea, pero no te olvides que además de cosas hermosas, hay sentimientos hermosos. ¿Cómo pintar eso?.
-Mira Valentino, yo una vez vi suspiros plasmados en una carta, si alguien pudo escribir suspiros, yo puedo pintar algo puro y hermoso, no sé que pueda ser…¡ya sé!. ¡Tu alma!.
-¿Mi alma?. ¿Cómo harías eso?.
-No sé que forma le daría, ni los colores que usaría, pero voy a pintar tu alma para que se la pueda ver aún con los ojos cerrados.
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