Valentino encontró a Alfonsina abrazada a sus rodillas y llorando. De inmediato se sentó a su lado y le preguntó:
- ¿Qué pasa Alfonsina? ¿Por qué estás tan triste? ¿Te puedo ayudar?
- Siento que perdí una ilusión, Valentino. Intenté volar, entonces me caí y me raspé el alma. Me dolió mucho comprender que no pude llegar a donde miraban mis ojos cerrados.
- Alfonsina, no te preocupes, las cosas llegan a su debido tiempo. A veces, cuando menos las esperas te sorprenden, y es ahí cuando vas a recuperar esa ilusión que hoy perdiste.
- Pero Valentino ¿Qué hago con mis alas?
- Tus alas siempre van a estar ahí, y si hoy están rotas las repararemos con abrazos, y a fuerzas de suspiros van a volar lejos, tan lejos, que ni con tus ojos abiertos creerás a donde llegaste y lo que estás mirando.
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